El significado de los cuerpos platónicos en el arteterapia antropósofica - Maya Moussa
Desde el mundo mineral, vegetal, hasta lo orgánico y cósmico encontramos las estructuras geométricas de los cuerpos platónicos como fundamentos de todo lo creado. Se relacionan con los cinco elementos desde la antigüedad : tierra, agua, aire, fuego y éter como el elemento de la vida en sí.
Desde hace más de cincuenta años se aplican como terapia en la Husemann-Klinik, Alemania, desarrollado por el arteterapeuta antroposófico Harald Hüttich con una metodología profundamente estudiada con cientos de pacientes psiquiátricos con todo tipo de patologías, desde la esquizofrenia hasta la depresión, anorexia, bipolaridad y otras.
Los cuerpos platónicos actúan de de manera terapéutica porque en sus proporciones representan el fundamento cósmico que actúa en toda manifestación física. Esta relación entre las órbitas planetarias y las formas geométricas la investigó Johannes Kepler en su obra “Mysterium Cosmographicum”, en la que sin tener los instrumentos de los que se dispone hoy en día se aproxima a la clave matemática que rige nuestro universo.
El trabajo escultórico en el arteterapia antroposófica de los cuerpos platónicos y sus metamorfosis se basa en este gran misterio : para pacientes que han perdido la conexión con su realidad como ser cósmico-espiritual en un cuerpo físico. A través de crear desde sus propias manos las formas más completas se vuelven a experimentar como un ser completo, con sus dimensiones armónicas en su realidad física, vital, emocional y espiritual.
Experimentar y re-crear las formas de fuerzas cósmicas-creadoras lleva a resultados terapéuticos sorprendentes a todos los niveles; sobre todo en enfermedades psiquiátricas, en desequilibrios y pérdidas de estructura y orden, encontramos su potencial terapéutico.
Comentarios de los pacientes : modelar los cuerpos platónicos me ordena, estructura, tranquiliza, centra, equilibra.
Sin embargo el efecto estructurante, armonizante y ordenador no se limita a pacientes; como trabajo meditativo nos lleva a profundizar nuestra relación con nuestro ser más íntimo, nuestro Yo.
Conviene realizar el trabajo con unas pautas muy claras, cada movimiento es guiado desde la consciencia y fortalece la capacidad de concentración y presencia. La propia belleza de las formas armoniosas impresiona , permite descubrir fenómenos en su metamorfosis de la forma y apoya procesos de autoconocimiento y autoconfianza.
Maya Moussa
